Semana 11
Semana del 13 de noviembre de 2017
Esta semana me tocó ayudar a presentar nuestro proyecto, Read.Inquire.Write, en el congreso del National Council for Social Studies en San Francisco. Estuve ahí con mi compañera Sarah Thompson, quien ha trabajado por años con nuestra tutora Chauncey Monte-Sano y con Mary Schlepegrell, investigando sobre la enseñanza de las ciencias sociales con un enfoque de indagación, y desarrollando el currículo que seguimos probando y revisando.
Al observar a Sarah llevar una sesión con maestrxs para dar a conocer el proyecto, me di cuenta de algo muy curioso y a la vez importante sobre lo que vengo a aprender aquí. El modo de trabajo que proponemos para el aula, es el mismo que llevamos nosotras: en nuestra dinámica como equipo, con lxs maestrxs que ponen en práctica y co-crean el currículo, en la formación docente con otrxs profesorxs, y también, al parecer, en los congresos.
Una de las primeras cosas que hizo Sara en la sesión, fue preguntarles a lxs asistentes (maestrxs de ciencias sociales de diferentes partes de EU), qué esperaban lograr con sus alumnxs en materia de escritura disciplinar en ciencias sociales. Les pidió voltear con las personas más cercanas para comentarlo: era el famoso turn-and-talk del que ya me he declarado fan. Sarah circuló entre los grupos, escuchando y conversando con algunos. De regreso al micrófono pidió participaciones, y animó otras diciendo cosas como “Escuché que…” “¿Nos diría más sobre…?” Sarah conectó las inquietudes que salían con el tema de la presentación. Empezar así la sesión era enganchar al grupo y conectar con sus saberes e intereses. Ahora no se trataba de niñxs sino de adultxs, pero las mismas técnicas aplicaron.
Lo siguiente fue proyectar dos muestras de textos de “Julia”, una alumna de origen mexicano que lleva algunos años en Estados Unidos. Habla perfectamente el inglés, pero que todavía tiene dificultades en lectoescritura. El de Julia es un caso representativo de los que la escuela tenía en mente cuando buscó la ayuda de la Universidad, tras lo cual surgió el proyecto ahora llamado Read.Inquire.Write. Sarah pidió a lxs asistentes comparar un texto producido por esta chica al iniciar el 7° grado con otro que escribió hacia el final del año, después de realizar varias lecciones con el currículo de Read.Inquire.Write.
Los textos de lxs niñxs son de los datos más importantes que levantamos y analizamos como parte de la investigación y del desarrollo curricular, y en la sesión también fueron cruciales: se presentaron con el propósito de ponerle “rostro” al tema, enganchar a la audiencia y centrar la atención en aspectos concretos del trabajo de la chica (la presencia o ausencia de tesis, evidencias y razonamientos explícitos en la construcción de un argumento, el manejo de distintas perspectivas a partir de varios documentos, el registro de lenguaje, la riqueza del vocabulario y la extensión del texto).
La producción de textos y su análisis es algo con lo que se involucran todxs en el proyecto: niñxs, maestrxs, investigadorxs y otrxs docentes cuando se les inicia en el modelo. Esta centralidad del contenido mismo me parece análoga a la que señalaban Stiegler y Hiebert respecto de las clases de matemáticas en Japón: Lxs niñxs interactuaban activamente con el contenido durante la mayor parte de la clase. Lxs maestrxs, mediante el estudio de lecciones (Yugyou Kenkyu), también trabajaban intensivamente sobre el contenido y su mediación pedagógica, la cual permite que lxs niñxs tengan esas experiencias tan eminentemente matemáticas.
Lo mismo ocurre aquí: tener formas de pensar y hablar sobre la enseñanza/aprendizaje de las ciencias sociales de una forma concreta y detallada entre todxs lxs involucradxs, permite llevar a buen puerto este emprendimiento epistémico colectivo, así como construir el saber profesional especializado del cual depende: el de lxs docentes.
También contribuye a esto el hecho de contar con un acervo videográfico de clases, como lo propusieron y echaron a andar Deborah Ball y David Cohen, pues entonces es posible documentar, analizar y aprender de las prácticas asociadas a los enfoques pedagógicos, ya en contexto de aula. En esta vena, después de que lxs asistentes de la sesión de Sarah conocieran algunas de las herramientas que tiene el currículo para apoyar la lectoescritura de estudiantes como Julia, Sarah mostró un par de videoclips de clase, donde lxs maestrxs moderaban discusiones en plenaria con el apoyo de esas herramientas.
Ver el modelo en acción puede ser pasmoso para quien no ha visto algo parecido en las aulas, como fue mi caso hace pocos meses, y el mismo efecto pareció tener en lxs maestrxs que estaban en esta sesión. Comentaron cómo la conversación no se centraba en hechos o datos a memorizar, sino en perspectivas sobre esos hechos y datos, provenientes de distintas fuentes, para informar posibles posturas a tomar. Fue emocionante constatar que esto les pareciera tan evidente, ya que es de los propósitos centrales del proyecto, y no es sencillo de conseguir. El otro aspecto que comentaron al ver los videos fue cómo lxs estudiantes tenían participaciones largas, sustanciosas, originales, relevantes al tema, que se iban enlazando y complementando unas con otras, respetuosamente, con el apoyo de lxs docentes. No es algo común en las aulas, y tampoco es casual: lograrlo implica mucho trabajo previo.
Por suerte, hay mucha sistematización en torno a facilitar discusiones en ciencias sociales, y en Read.Inquire.Write siguen el trabajo para destilar formas de hacerlo para el enfoque específico de indagación con fuentes primarias. En la School of Education, facilitar discusiones se considera una de las prácticas más importantes que lxs maestrxs nóveles deben saber. Es lo que están aprendiendo ahora lxs internxs en la clase de Stacey. La semana pasada observaron justamente a lxs maestrxs de los videoclips, pero directamente en sus aulas. Ahora les tocará intentarlo en las escuelas donde cada unx hace sus prácticas. Sarah misma, en la sesión del congreso, hizo uso de algunas de las técnicas, preguntando “¿A qué se refiere?”, “¿Nos puede decir más sobre eso?” para hacer la discusión más profunda entre lxs asistentes a la sesión. Lo mismo hace Chauncey en nuestras reuniones de equipo, sistemáticamente.
Al terminar la sesión/taller, pusimos nuestro stand en la sesión de pósters. El gran atractivo de nuestro proyecto fue que el currículo incorpora apoyos específicos para English learners, que al parecer todo mundo tiene en sus aulas, y pocxs maestrxs tienen resuelta la manera de apoyarles. (En realidad, esos mismos apoyos vienen bien para lxs alumnxs en general, porque enseñar/aprender a escribir argumentos a partir de diversas fuentes, no es sencillo para nadie). Lxs visitantes de nuestro stand se llevaron postales con el anuncio de que todos los materiales, junto con los videos de clase y demás herramientas de desarrollo profesional, estarán disponibles en línea, para su descarga gratuita, a partir de enero de 2018. Aprovecho para anunciarlo también por aquí: el sitio es www.readinquirewrite.umich.edu
Para regresar a donde empecé: me di cuenta de que las formas de interacción entre personas, y de las personas con el contenido, forman un todo bastante coherente en nuestro trabajo, y que no estamos predicando algo para lxs alumnxs que no practiquemos lxs adultxs involucradxs. Justo ahora me está tocando esa coherencia desde un ángulo más disciplinar, porque estoy revisando una lección sobre los incas, y en el proceso me aproximo a aspectos auténticos de la historia, como indagación en torno a grandes preguntas, corroboración entre fuentes e interacción con especialistas – quizá tenga ocasión de compartirlo más a detalle después.
No quiero terminar sin contar del pánel al que asistí más tarde ese mismo día. Entrevistaron a un maestro y dos maestras que habían ganado en la convocatoria Outstanding Social Studies Teacher of the Year del National Council for the Social Studies: Kate A. Hunter de elementary, Erin Glenn de middle level y Ryan New de high school. Comparto algunas de las preguntas y respuestas que me llamaron la atención.
¿Qué te hizo enamorarte de las ciencias sociales?
Cuando estaba en la preparatoria, un maestro nos pedía analizar los cartones políticos de los periódicos. Esto me encantaba, porque implicaba estar al corriente del acontecer político. Así decidí estudiar Economía (Erin).
¿Cómo tratan en el aula temas controvertidos y polarizantes? ¿Cómo logran que lxs estudiantes tomen en cuenta perspectivas, evidencias y argumentos sofisticados, en lugar de sólo blandir opiniones?
Para discutir temas controvertidos es necesario establecer de antemano normas, como remitirse siempre a fuentes, o respetar las participaciones de lxs demás. Pero de entrada, un punto a favor es que lxs chicxs están ávidxs de encontrar formas de entender los temas complejos y difíciles que les rodean. (Kate)
¿Qué recurso o persona llevó te llevó al siguiente nivel en tu desempeño docente?
La publicación de los C3 [Los C3 son un marco para fortalecer el currículo de ciencias sociales, producido por decenas de organizaciones profesionales y expertxs en el tema, y publicado por el National Council for the Social Studies]. Ahora pienso menos en acumular contenidos, y más en cómo trabajar con los contenidos; por ejemplo, cuánto tiempo dedicar a las fuentes documentales, etcétera. (Ryan)
Pasar por el proceso del National Board Certification [Se trata de una organización independiente fundada hace más de cien años, que organiza la certificación voluntaria de docentes más vanguardista, rigurosa y reconocida del país]. Se lo recomiendo a todxs. Me enseñó realmente qué es la enseñanza disciplinaria en todas las áreas de las ciencias sociales. (Erin)
Ahora ustedes han sido reconocidxs como grandes maestrxs, pero todxs tenemos una curva de aprendizaje y días en que sentimos que todo sale mal. Compártannos, ¿cuáles han sido sus peores fracasos como docentes?
El tenor general de esta respuesta tuvo que ver con reacciones explosivas, o con la incapacidad de respuesta en momentos de crisis tales como suicidios, asesinatos de alumnos, u otras situaciones extremas en las vidas de lxs chicxs, por desgracia muy comunes. Una de las maestras dijo que su mayor fracaso era darse cuenta de que había niñxs que llegaban y se iban tristes, sin que ella hubiera podido ayudarlxs, y estar segura de que había mucho de lo que no se daba cuenta: su mayor fracaso era no saber hasta qué grado les había fallado.
Me disculpo por terminar en esta nota tan grave. Si sirve de consuelo, esa pregunta, que fue la última de la sesión, hizo un ambiente conmovedor e íntimo entre lxs asistentes. Una maestra del público les agradeció a lxs panelistas haberse abierto así, y dijo que el hecho de que reconocieran estas vulnerabilidades, volvía mucho más real y significativo su reconocimiento como grandes maestrxs.